Los retrasos en los pagos están afectando cada vez más a los pequeños negocios, ya que la morosidad les ha excedido los 81 días de media desde 2017. La Comisión Europea quiere tomar cartas en el asunto y ha preparado un borrador de reglamento para combatir los impagos entre empresas. Esta propuesta establece un plazo máximo único de pago de 30 días en toda Europa, así como un interés de demora automático. Todo ello, exige un seguimiento por parte de las administraciones, para vigilar que sus contratistas abonen a su vez las facturas de las subcontratas. El Parlamento Europeo deberá aprobar esta propuesta para que entre en vigor y los pequeños negocios puedan ver reflejado una mejora en su liquidez.